Instrumento de una sílfide, día 2

viernes, 26 de noviembre de 2010

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Aqui estoy, plantada delante del espejo maquillándome, preparada para trabajar. Mi hermana ya se fué con Enrique a la playa, quizás sea un buen momento para hablar con las sílfides... Pero no, seguro que las molesto si las llamo. Llego a mi cuarto, preparo el bolso... sostengo la espada, ¿la meto? Dios, no se en qué pienso, la curiosidad mató al gato, Cristina.
-Cristina
-¡Ah! -¡Dios que susto! Tendré que acostumbrarme a esto si vivo con estos serés. -¡Qué!
-Muy mal Vasalla, ¿qué son esas maneras?
-Yo.. eh -Como me impone esta "mujer".
-Jajajaja, déjala Luciele, venimos a verte porque nos aburrimos, ¿qué tienes para nosotras? -Preguntó Mireia
-¿Cómo? Creí que estaba aqui para combatir contra algún tipo de fuerzas, o algo así.
-Por supuesto, pero mientras no lo haces nosotras nos aburrimos y tendremos que estrechar los lazos de unión para poder ser útiles en batalla y poder labrar buenas estrategias, nosotras te conocemos a ti, puesto que te vemos continuamente, pero tú a nosotras no, no tengas miedo en llamarnos si te sientes sola. Si lo estás y no nos quieres ver, quizás nos presentemos igual, ¡jajajaja! -Qué molestas son estas entrometidas.
-Bueno, aqui estamos ¿Qué hacemos?
-No se, yo tengo que irme a trabajar.
-¡Te acompañamos!-Saltó Marina.
-Claro, siempre lo hacéis.
-¿Y de qué va tu trabajo?-Preguntó Luciela.
-Camarera, sirvo copas y comida a la gente de un hotel.
-¿Le pones veneno a las copas?
-Eh... No.
-Ps, qué aburrido.-Realmente Luciela da miedo...

En el trabajo

Mi barra está en la planta baja del edificio, generalmente sirvo cafés, a menos que halla una fiesta, entonces me llevan a la terraza. Es bonito estar allí, buen ambiente, buena música, pero demasiada gente borracha, y es que, ricos o no, todos caen en lo mismo. Mis compañeros susurran en la barra, Elvira se me acerca. Elvira es una mujer mayor, lleva trabajando aqui desde que lo abrieron, no suelo juntarme mucho con ella, todo lo critica y no nos llebamos especialmente bien, pero como es mayor que yo, tiende a hablarme con autoridad señorial, la que da la edad, yo como soy educada, escucho sin rechistar y luego hago lo que me venga en gana.

-Eh niña bonita, trabaja duro hoy, que va a venir el jefe.
-Bueno, gracias, pero creo que se como hacer mi trabajo si con tan solo 20 años llevo dos trabajando aqui sin ninguna queja. -Debería haber dicho: "Si señora"
-¡Qué respondona! -Se marcha.
-Sch, Cristina -Me susurra Pablo. -¿Qué te ha dicho esa?
-Nada que viene el jefe.
-¿En serio? No veo la novedad.
-No, ni yo, no entiendo a esta mujer.
-El jefe dió muchas fiestas cuando recien tomó el hotel.
-Quizás es que hace mucho que no pasa por aqui, y tienen miedo que vea que algo no va como planea y la despida, es o se cree una especie de encargada, vete a saber, esa mujer es la que lo sabe todo.

Pasadas unas horas

-Buenas señorita, póngame un Gin Tonic.
-Enseguida. -Me voy a prepararlo, Vuelvo. -Son 5'50 Euros.
-Toma, quédate esto de propina. -Me guiña un ojo y me suelta un billete de 5 euros.
-Señor, son 5'50, le faltan 50 céntimos.
-¿No me has oido? Los 5 euros son la propina, por guapa.
-Señor, entonces debería de darme 10'50.
Se acerca Elvira. -Disculpe Marc, la chica no sabe quien es.
-¡Jaja! no importa, a una chica tan linda le perdono todo. -Me vuelve a guiñar el ojo.
-No entiendo ¿quien es Marc?. -Le susurro a Elvira.
-¡El jefe! ¡¿Cómo no lo has visto antes?!¡Si ha venido otras veces!
-No importa Elvira, puedes retirarte, no estoy molesto porque no me reconozca.
Después de retirarse Elvira, voy a atender mis labores, ordenar vasos, limpiar el pollete, todo por huir de ahí.
-Bueno y ¿cómo te llamas?
-Cristina
-Encantado Cristina, y ¿cómo no me había dado cuenta de tu presencia en todo este tiempo?
-De igual modo que yo no me percaté de la suya.
-Cierto, pero eso es más raro, todos aqui me conocen ¿Cómo estuviste para no darte cuenta? ¿Qué edad tienes?
-Veinte. -Que chico más arrogante.
-Vaya, una chica emprendedora, no tanto como yo, pero eso es complicado.
-Marc, vamos. -Dice una mujer trajeada al fondo.
-Bueno bonita tengo que irme. -Se despide besándome la mano. Ahora que caigo... ¡Elena quería conocerle! No se en qué estaba pensando, quizás el chico es demasiado atractivo hasta para mi.

Marcho a reponer la barra, justo cuando aparece Mireia.
-¡Que hombre más insoportable!
-¡Vamos a divertirnos con él! -Dice Marina
-No veo que tiene de divertido un hombre -Habla, por primera vez, Ballatir, creo, lo único que la diferencia con Bestringe es la dirección de la coleta que lleban.
-Debemos hacer lo que es justo y vengarnos de su arrogancia. -Denuncia Mireia
-No creo que debamos perder el tiempo con él, yo paso, Cristina, no les hagas caso, si quieres ser una buena sílfide no tienes que hacer como Mireia y meterte tanto en la vida humana, se ve que la pobre se aburre, y como no puede alcanzar un puesto de poder en nuestro reino, tiene que conformarse con este campo de marchitos humanos.
-Te crees muy fuerte por ser la más egoista de las sílfides que existen hasta el momento ¿eh? Pues no seré tan inútil cuando me han puesto a cargo de la misión y por lo tanto soy tu superior.
-No te engañes, lo hacen para mantenerte callada, das muchos problemas por tu ineptitud, después de todo sólo a las menos útiles las mandan una vez cada 180 años a cargar con una humana.
-No se por qué alguien tan odiada hasta entre nosotras se digna a hablarme así.

Realmente no se que ocurre, estas dos perdieron la razón, podrían descubrirlas y si eso pasase, capaz que Lucielle acaba con la vida de los humanos que las vean, algo tengo que hacer.
-¡¿Quereis parad?! -Intervengo. en ese momento desaparecen, a tiempo de que Pablo entre por la puerta.
-Uy creo que encontrarte con ese engreído te ha vuelto majara, espero que no pierdas los huesos por él.
-Tranquilo, no tengo tiempo para fijarme en empresarios arrogantes los cuales jamás valorarían a otro ser humano que no sean ellos.
-Jajajaja, Me encanta como te expresas Cristina, anda vamos, y no hables sola, te ayudo con esto.

Al anochecer

Me han encargado la barra de arriba, la de las fiestas así que sacaré un dinero extra. La noche transcurre sin problemas, a los que no esté acostumbrada. Cuando se marchan a la cama suben a ayudarnos a recoger, pero hasta por la mañana no lo limpiarán totalmente los encargados de limpieza. Bajo por las escaleras, estoy reventada de trabajar, pero eso no quita la estupenda sensación que se siente al bajar escaleras a oscuras, sola, ante el silencio de la noche, y mejor aún después de cuatro horas de fiesta que te dejan los oídos maltratados (aunque no sea una fiesta discotequera, las aglomeraciones de personas arman barullo igualmente) ahora que andar por la calle no es más temerario y es lo que me espera ahora, a menos que me encuentre con alguien del hotel y me diga que puedo quedarme a dormir aquí. - ¡Pum!, ¡Auch! - Me he golpeado con alguien, alguien tan loco de subir a oscuras las escaleras, maldita sea...

-¡¿Qué haces aquí?! - Allí estaba, Marc, mirándome enfadado, o al menos eso intuyo por su voz, porque no logro discernir bien su rostro.
-Pues bajar las escaleras, no veo que tiene eso de raro.
-¿Se ha estropeado el ascensor?
-No -Marc calla unos segundos. Suspira.
-Desde luego, quien me mandaría ponerme aquí -Susurra, pero dado el silencio de la noche, sus palabras no pasan desapercibidas. -Perdona chica, olvida mi torpeza y sigue tu camino. -Se para, y se me queda mirando. -Anda, si eres la hermosa camarera de antes, parece cosa del destino que nos encontremos. -Desde luego, lo que hace una cara bonita, hasta en la oscuridad.
-Ajam, lo que usted diga.
-¿Has terminado tu jornada laboral? Si quieres te invito a tomar algo.
-No gracias, debo ir a casa, tengo que hacer cosas mañana temprano.
-Vaya con lo tarde que es, le diré a mi chófer que nos lleve.
-No gracias, se cuidarme. -¿Quien narices le ha invitado a acompañarme? Podría haberle dicho al chófer que simplemente me llevase, si tanto le preocupo, pero parece que lo único que le preocupa a este hombre aquí, es meterla en caliente.
-Entonces permíteme invitarte a pasar la noche a una suite, no me malinterpretes, no quiero decir que vaya a dormir contigo, simplemente que te presto una habitación. -Faltaría más que me invitases a dormir contigo, por muy deseado que llegue a ser este hombre, no creo que sea tan necio, sino no poseería este negocio.
-¿No hablas? ¿Te lo planteas? Vamos confía en mi, no soy tan ogro como crees, simplemente me gusta tratar bien a las chicas, soy un caballero. -Psch he escuchado tantas veces eso... ca-ba-lle-ro, sí, claro. En ese momento se me acerca mucho y me sujeta la cara por la barbilla, alzando mi cabeza, incomprensiblemente, me quedo bloqueada sin poder moverme, presa del pánico pero a la vez es agradable, sus manos son suaves y me tratan con delicadeza, no puedo salir de mi asombro, no se qué me pasa. Se me acerca, ¡no quiero que se acerque! pero no puedo hacer nada más que abrir los ojos como un sapo, se me pega al oído y me susurra... -Anda, quédate.
-Ssssí, claro. -¿Qué estoy haciendo? ¿Serán sus hormonas que tanto atraen las que están jugando conmigo? no puedo hacer esto, no al menos sobria y con alguien del entorno de trabajo.
-Estupendo, espera abajo, mandaré a alguien con una llave para ti. -Tras decir eso se marca, me cuesta unos segundos salir de mi ensimismamiento, tras lo cual, siento como si hubiese bajado de una nube, ya no son tan agradables aquellas escaleras de hace un minuto, no es tan placentera la soledad, ni el silencio, ni la oscuridad, dan ganas de salir corriendo detrás de Marc para volver a sentirte como en un sueño, un sueño celestial.

Bajo las escaleras, espero un rato, me traen las llaves, subo a la habitación, una habitación enorme con vistas preciosas al puente, desde luego, tener dinero es tan injusto, bañera hidromasaje, sales de baño, botellas de licores en los estantes, canales de pago en la televisión... Parece que de un rico si se fía uno, pon esto en una habitación de un pobre, y verás lo que dura. Me tumbo un tanto mareada, ya desaparecieron esas ganas de ir tras Marc, vuelvo a sentir el mismo asco de siempre, que suelo tener por los seres humanos detestables, seres humanos... Es cierto, tarde o temprano dejaré de ser una.

Instrumento de una sílfide, día 1

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-Riiiiiiiiiinnnngggg
Oh! maldito despertador, anoche estuve hasta tarde estudiando, aunque no conseguí mucho, la verdad, seguramente me cueste horrores sacarme bachiller como siga así, pero ya que el buscar un marido que me mantenga como hacían las mujeres antiguamente no me motiva, algo tendré que tener para sustentarme. Me levanto, me visto, voy para el salón, allí está mi hermana Tere...

-Vamos mujer, que vas a llegar tarde, siempre tengo que estar pendiente de ti, ¡que ya tienes casi 20 años!
-Sí mamá, es que estuve ayer estudiando.
-Ya claro, y en la calle también, que te vio Enrique.
-Uff sólo fué para despejarme.
-Pero ¿tú te crees que esas son horas? Si mamá te viera lloraría por ver a su hija dando tumbos como una mendiga a esas horas.
-Ya, pero como no está, no puedes opinar por ella, agradecería que no la mencionases.
-Dios Cristina, nunca aprenderás, no eres capaz de aceptar la vida tal y como es y te encierras en ti misma.
-No es la vida lo que no acepto, sino la muerte.
-Está bien, no hablaré del tema, es como hablar con las paredes, algún día aprenderás, espero no sea muy duro para ti.
-¿Más aún?
-¿Lo ves? No lo superas...

Dios, odio a mi hermana y su optimismo eclipsante, bueno, en verdad la admiro, porque gracias a ello es capaz de cargar con alguien tan irascible como yo, con sus problemas, con la casa y mantener la sonrisa en los momentos de dificultad, es tan odiosa...

-¡Ah Cristina! Este fin de semana me voy con Enrique al pueblo, antes de que se terminen definitivamente las vacaciones. ¿Este fin de semana trabajas?
-Claro, siempre, es entre semana cuando a veces me llaman, a veces no.

Que suerte, que asco de vida envidiable tiene mi querida hermana Tere, me pregunto qué hará conmigo cuando se vaya a vivir con el novio, debería de moderar mi compotamiento si quiero que me lleve con ella, ¿Es eso lo que quiero? No se, debe de sentirse bonito estar con una pareja que te cuida, pero a la vez me pondría muy celosa, pero estar sola es tan deprimente a veces...

Al salir de clase

Parece que los exámenes no me han salido muy bien, estoy cansada de hacerlos, quiero terminar de una maldita vez de estudiar, pero no quiero ser camarera toda mi vida... Debería de haber hecho un FP de grado medio...
-¡Cristina!
Una voz femenina me habla, me giro. -¿Sí?
-Eres Cristina, ¿cierto?
-Ajam.
-Estoy en tu clase, he escuchado que trabajas en el hotel Tierra verde.
-Ajam.
-¡Que guay! Siempre me ha gustado ese hotel, es uno de los mejores de la ciudad, ¿qué se siente al trabajar allí?
-Realmente nada, ¿tú quien eres? ¿qué quieres de mi? -Parece que mis palabras fueron inapropiadas, pero no me gusta relacionarme con compañeros de clase, suelen ser menores que yo y no me atraen, la verdad, aunque hay gente interesante, pero demasiados esfuerzos hay que hacer para conocerles, y tiempo no tengo.
-Perdon, que descortés por mi parte, me llamo Elena, mucho gusto.
-Hola Elena, ¿vives por el barrio la rosa?
-Así es, por eso quise venirme contigo, suelo irme sola para mi casa.

La chica es simpatíca y valiente, hay que reconocerlo, estuvo todo el camino hablándome, es una chica interesante, al final nos despedimos.
-Un placer Elena, ¿mañana nos volvemos juntas otra vez?
-Claro, suelo tener prisa por llegar a casa y tú no te demoras en hablar con los compañeros al salir de clase. Oye, lo que te dije antes del hotel... Es que me gustaría entrar de alguna forma allí, te va a parecer un capricho tonto, pero es lo que tenemos las adolescentes...
-¿Qué edad tienes?
-Dieciséis...
-Comprendo, ¿por qué dices que es una tontería de adolescentes? ¿qué quieres, una habitación, entrar a una fiesta vip?
-Quiero conocer al dueño.
-Ah pues, no se si puedo ayudarte mucho, yo sólo voy allí a trabajar, no me junto con los cotillas de turno y mucho menos con los altos cargos, soy una perrita obediente que coje su dinero y calla mientras no la molesten, en verdad se trabaja allí bien, al ser un hotel de 5 estrellas se está tranquilo y se cobra bien. En verdad soy afortunada de... -Creo que me evadí de la conversación, qué le va a importar a esta chica el trabajo del hotel, si lo que quiere es conocer al dueño...
-¿Afortunada de? ¿De trabajar allí? No te lo puedes imaginar, debes de tener mucha experiencia, eso explica que aún estés en primero de bachiller, pero en verdad tienes ya un trabajo bastante bueno, no necesitas estudiar.
-Nunca nada es eterno. Veré lo que puedo hacer con tu chico. -Elena se sonrojó.
-¡Hasta mañana!

En casa

-¿Qué tal el exámen?
-Psss
-Muy mal Cristina, tu problema es que no te centras, podrías ir aprobando poco a poco, métete en bachiller de adultos.
-No puedo, no puedo ir a esas horas, a veces me necesitan en el hotel.
-En fin, mientras traigas dinero a esta casa, puedes hacer lo que quieras, pero deberías de medir tus capacidades y tu tiempo, no podrás hacer bachiller eternamente ¿no? Al final te echarán si repites mucho.
-Lo se Tere.

Comimos, ella habló de sus cosas, yo le hablé de Elena, no me apetecía hablar de exámenes.

-¿Al dueño de tu hotel? Ah es cierto, es una chico jóven, más o menos de tu edad, hay gente muy emprendedora.
-Psss algunos nacen con estrella.
-Cristina, no quiero enfadarme contigo, deja tu pasividad, antes no eras así.

Mi hermana tiene razón, antes yo no era tan envidiosa de la gente, es que, siento que me esfuerzo, y nunca consigo estar tan adaptada al medio como ellos, me vuelvo altiva y los desprecio, bueno, el primer paso es reconocerlo, es que, siento que me falta algo.

Tras la comida, mi hermana se fue a trabajar, me quede en mi casa escuchándo música y estudiando, mis amigos me llamaron, así que voy a dar una vuelta un ratillo.

En casa de Fran

Irene: Pues no veas, ayer me pasó algo super raro, estábamos en casa y explotó un vaso de la cocina.
Fran: Realmente eso tiene una explicación científica, no se cual, pero los cambios de temperatura, un aire que le dió, puede ser cualquier cosa, tus vasos tienen ya unos añitos...
Irene: Yo me acojoné, porque justo estábamos hablando de la casa de don Gome
Carlos: Pues si te cuento las cosas que me pasan a mi...
Yo: ¿Podemos hablar de otra cosa? No es agradable cuando tienes que dormir sola muchas veces.
Irene: Eres una cagueta.
Yo: Y tú una prepotente.
Fran: Ya está, ¡en mi casa no discute nadie!
Carlos: Déjalas, si luego se quieren más que nadie, en una pelea de gatas mejor no meterse.
Irene: ¿Qué dices, machista?
Carlos: ¿Ves?
-Todos reímos
Yo: A mi me pasó una cosa el otro día, un sueño quizás, estaba en mi casa y entraba viento por la ventana... -Continué contando.
Irene: ¿Estás bien?
Yo: Sí, ¿por qué?
Irene: No se, no se te escuchaba nada, ¿por qué haces esas tonterías?, es como si te hubiesen puesto un mute.
No se qué carajo está diciendo Irene, pero parece que todos ponen cara de desconcierto, todo esto es muy raro, realmente no se si lo que vivo es un sueño o que, pero por algún motivo, no tengo el miedo que suelen darme estas cosas, tengo curiosidad, así que bromeo y le resto importancia.

En casa

Ya he estado un rato con ellos, vuelvo a casa, ellos salen, yo no, mañana trabajo. Abro la puerta, nota de Teresa:
Ya me he ido para el pueblo, el domingo te veo
Este es el momento. Voy a a habitación, cojo mi mango de espada, la alzo en alto y miro a la ventana, pasa un minuto, realmente no se qué hacer, estoy haciendo el tonto... Bajo las manos y voilá, allí estaba, un aire empieza a subirme poco a poco desde los pies hasta la cabeza, abrazándome como si en el ojo de un huracán estuviese, se condensa y aparecen 5 figuras femeninas, una de ellas, empieza a hablarme, la de aspecto más decidido, si es que eso es aspecto.
-Saludos Cristina, esperábamos tu despertar, no sabíamos si realmente estarías dispuesta a tal sacrificio.
¡Sorprendida me hallo!, pensé -Saludos, ¿por qué unas sílfides me necesitan?
-Esa es la actitud, por cierto, puedes cerrar la ventana, realmente, siempre estamos contigo, halla viento o no.
-¿Cómo? ¿Siempre, siempre? -No pude evitar pensar en cosas obscenas.
-No te asustes, es lo mejor para ti, de todas formas, por si te preocupa, no es muy común que unos seres como nosotros, nos excitemos con veos.
Increíble, ¿me leyó la mente?.
-Bueno, a lo que venía, haremos un pacto contigo, a cambio de la inmortalidad como sílfide tras el día de tu muerte, pondrás tu vida en pos de la lucha de las sílfides, además conseguiras pequeños poderes de dominio del aire, pero nada tal como para derrumbar una casa, siempre que quieras usar más poder, necesitarás usarnos, y ya que eres tú quien nos sirve, no podrás hacerlo a tu voluntad, somos un equipo. ¿Tienes manejo con la espada?
-Pues, estuve en esgrima hace años, no se si seguiré con ese manejo.
-Bien, eso está bien, pero el tipo de espada que usarás, será un sable, aunque el sable está hecho de aire, no puede cojer otra forma, pues al tener forma aerodinámica sólo corta por uno de los lados, te buscaremos un maestro. -Hizo una pausa, tras lo cual continuó- Bueno, ¿alguna duda? -Negué con la cabeza -Estupendo, empecemos con el ritual de unión. Cuando nos necesites, símplemente llámanos, como llamas a tus amigos, si quieres que nos convirtamos en espada, sostenla como lo has hecho antes y pulsa el botón que aparecerá tras el ritual, también puedes plegar el mango para que no se sepa qué llevas, y parezca símplemente un adorno rectangular. Nos presentamos, yo me llamo Mireia, ella es Luciele, ella Marina, y aquellas dos son Bestringe y Ballatir. Vete al balcón.

Estoy atónita, no se si lo que estoy haciendo, me hará bien o no, pero lo cierto, que todas estas cosas fantásticas siempre me han atraído y además ¡Me darán poderes! Increíble, estos seres son increíbles, algo me dice que con ellas, estoy agusto, tranquila, soy otra persona. Mireia es muy decidida, Luciele es muy seria, al contrario que Marina, que no paraba de moverse y moverme los papeles de mi escritorio, Bestringe y Ballatir, son como gemelas. Una vez en el balcón, esperé ordenes cual vasalla de los elementos, del elemento en concreto. Mireia habló.
-Tírate.
-¿Qué?
-Tírate.
-¿Estás loca? No me apetece suicidarme, gracias.
-Tienes que hacerlo, es parte del ritual.
-Qué pronto queréis convertirme en sílfide, no estoy segura de querer llegar tan pronto a ese estado ¿Sa..
-¡Cállate humana, y obedece! -Dijo Luciele, Luciele da miedo, es aterradora, tiene una mirada fría y no sonríe, no es como Mireia.
-Tranquilízate, lo hará, tengo plena confianza en mis aptitudes persuasivas -Dijo Mireia con altivez.
-Pero, ¿cómo se que no me mataréis?
-No lo sabes, sólo te queda confiar, confiar a ciegas.
No podía ser cierto lo que estaba escuchado ¿confiar a ciegas? Nunca he confiado a ciegas en ningún ser humano, quizás de pequeña, pero no ya, ¿cómo iba a confiar en algo que no se ni lo que es? Quizás es parte de mi imaginación y mañana aparezco en los periódicos, no quiero dejar sóla a mi hermana, es lo que me faltaba, por muy fuerte que sea, no podría quedarse totalmente sola.
-Mira, la humana no lo hace, la humana no quiere jugar. -Dijo Marina
-Tranquila, confía en nosotras, no nos dedicamos a ir por ahí eligiendo a gente y menos llendo detrás de ellos tanto tiempo para luego matarlos, tenemos cosas mejores que hacer.
Después de lo que he leído de las hadas, no estoy de acuerdo con ella.
-Está bien, no eres valiente, no nos sirves, enseguida olvidarás todo y volverás con tu vida. -Me acusó Mireia.
-¡No espera! -Cierro los ojos, me tiemblan las piernas, mis nervios me impiden reaccionar con reflejos, ¿qué estoy haciendo? Lo mejor es no pensar, no es agradable la sensación de tirarte por un balcón, realmente, el simple hecho de planteárseo, impresiona, no se cómo los suicidas pueden hacerlo. Salgo por detrás de la valla, miro al suelo, no tenía que haber mirado, trago saliva y me dejo caer.
Unos segundos, unos segundos que parecen años, el corazón a borde de un infarto, ¡QUIERO VOLVER ATRÁS! La sangre me recorre a toda velocidad mi cuerpo y de repente, chof, noto como si callese lentamente al agua. Estoy volando, bueno, más bien estoy flotando, delante de mi, aparece Mireia y lentamente, me depositan en el suelo, me depositan porque, el motivo de flotar, era porque las otras 4 sílfides habían modificado la densidad por mi, para que pudise flotar a pesar de la gravedad.

-Enhorabuena, has completado el ritual, has visto de que somos capaces, ¡ah por cierto! Lamento algo que no te comenté, ¿recuerdas lo que te pasó cuando intentaste hablar de nosotras con tus amigos? Eso fue devido a que hicimos el vacío alrededor de tu boca, para que el sonido no pudiese propagarse pero, no lo volveremos a hacer más, si tan solo dices algo, el pacto se romperá y tú lo olvidarás todo, pero tus enemigos no te olvidarán a ti, es decir nuestros enemigos, pues ahora son tuyos también.

Habamos un rato más en mi habitación tras lo cual desaparecieron, pero estaban ahí, mezcladas con el aire que respiro, quizás hasta entrasen dentro de mi. Me fuí a dormir, mañana será otro día, un día distinto al resto de días de mi vida, mi primer día como sirviente de las sílfides.

Instrumento de una sílfide, introducción

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-"Has hecho un gran trabajo, jamás olvidaremos lo que hiciste por nosotros"
Así terminaba una de las misiones hechas por mi personaje, donde salvaba a un pueblo de una secta oscura que practicaba ritos sangrientos con niños de la villa. Que bonito que te reconozcan ¿cierto? Qué bonito es ser valiente, tenaz, humilde. Qué bonito es apagar y que todo termine, ¿qué pensaría mi personaje? Seguro en la versión II el único recuerdo que quedase de él sería una tumba por la que pasarías con nuevos héroes, que quizás, ni supieran quien es, como en Arc the Lad. En fin, no importa, hasta el más bonito de los mundos, es horrible si se hiciese real, porque con nada real, estaría jamás conforme.

-Ring, ring
-¿Diga? -Vaya, que pocas ganas tenía de hablar. -Hola Cristina, te llamo porque habíamos quedado hoy, no me va a ser posible, me ha salido una urgencia lo siento, quedamos otro día ¿vale?.
-No importa, podré arreglármelas sola. -Cuelgo. Llevo bastante tiempo buscando a alguien con quien estudiar, pero todo el mundo está demasiado ocupado o no pueden hacer el esfuerzo, supongo que es normal, quizás yo haga lo mismo con los demás y no me de cuenta, esa idea mia, de que existe alguien en este mundo, que sabe qué es lo que necesitas igual que tú sabes lo que necesita esa persona, con sólo una mirada, un gesto, no existe, lo único para lo que te quieren, es para cuando eres suficientemente lista o estudiosa, que los ayudes a ellos, y ¿qué hago yo? Pues hacerlo, ser una heroína sin manchas de sangre y sin grandes hazañas que siquiera marquen un gran letrero en mi tumba. Realmente, no es todo culpa del resto, desprecio a gente que trata de acercarse a mi, pero la cosa es simple, no creo que esa gente me aporte ningún beneficio, seguiría siendo una heroína, pero con un Robin con el que cargar (para que luego muera y me vuelva lesbiana). En fin.

...

Es de madrugada, aqui estoy con el ordenador, manteniendo conversaciones estúpidas, o plagadas de conocimiento, pero nada importante en verdad, porque ¿qué es importante para mi? En fin, lo apago, me abrazo a mi muñeco, miro al vacío, a la oscuridad.
-Ring, ring
-¿Quien es?
-Hola Cristina, ¿te apetece venir a echar una partida de rol? hace mucho que no te vemos.
-No, estaba durmiendo. -Digo con tono borde.
-Bueno pues que descanses.
Posiblemente halla dado lugar a que no vuelvan a llamarme, aunque es falso que durmiese, es cierto que estoy desganada de todo, pero, no puedo dormir, quizás fue una mala idea despreciar a mi mejor amiga así, pero bueno, ya que es mi mejor amiga, lo entenderá, sino mañana se lo explico.

3:00 aprox

Me despierto sobresaltada, vaya, que cosas, sería un mal sueño, que coraje me da tener este insomnio, ais son las tres, esa hora de la noche en la que empieza todo o termina todo, por lo menos suele serlo en mi vida. Hace frio, un viento fuerte se ha levantado, tendré que cerrar la ventana. Ahhh, está dura, no puedo -Zas!- ¿Qué cojones ha pasado? Algo me ha golpeado, dios, tengo miedo, dios ayudame, dios por favor, existe, voy a mearme encima, buscaré algo que me haga sentir fuerte, hmmmm este tacón servirá, ¡que lastima!, podría tener bates de beisbol de adormo en mi habitación. ¿Será un fantasma? ¿Un vampiro? ¿Habré entrado en una realidad paralela mientras dormía donde los humanos han sucumbido a algún tipo de dominación extraterrestre o será la era de las máquinas y han localizado un punto de calor con vida? Dios Cristina, sólo es el viento, no hay nada en la casa, vamos, enciende la luz, ¡tú puedes! así te sentirás más segura, si tienes que golpear a alguien, te será más fácil ver sus puntos débiles. Trago saliva, avanzo lentamente, como si lo que hubiese, no viese en la oscuridad y mi sonido pudiese delatar mi posición. -Click- Se encendió, miro en la habitación, nada, está vacía, pero encuentro un mango de espada, quizás sea de un vecino, a veces tiran cosas cuando hablo por skype con mis amigos por la noche, amigos, claro, a saber por cuanto tiempo, nada es eterno nunca. Es bonita, la colgaré en mi pared :D. Cierro la ventana, duermo.

Día siguente.

Ha sido un día ajetreado en clase, estoy cansada, dos exámenes para mañana, me espera una noche larga, pasearé por la ciudad. -"tocón, tocón" (suenan mis tacones) Lalalalala, chun, chun. - Es bonito sentir la brisa otoñal y la música celta mientras andas, es agradable oler la hierba recién regada, hmmm, quitaré la música, quiero escuchar el rumor de la fuente. Vaya, se está levantando un viento muy fuerte -¡Zas! fsssss- ¡Oh vaya! ¿Como he podido ponerme así, parece como si la fuente me hubiese atacado, que molesto, aún hace calor, pero el cambio de temperatura puede hacerme enfermar, tendré que irme a mi casa, espero que ningún chico me mire lascivamente por el camino, que asco de humanidad, tener que sociabilizarte con ellos cuando no te apetece, todo el mundo me mirará raro y me dirán si necesito ayuda, es normal, me están pasando cosas raras últimamente, guardaré el ipod en la mochila, vaya que se estropee. ¡Oh! ¿Que narices es esto? ¿Cuando lo he metido aqui? ¡Es el mango del otro día! No debí haberlo cogido, seguro que un espíritu endemoniado me persigue y no descansará hasta verme mutilada en mi propia casa, con la cabeza desencajada, con mis propios cuchillos de cocina que no cortan nada, ¡o puede ser el tío de la cuchara! jajaja Menos mal que me humor me acompaña.

-Cris..ti..na
¡Dios mio! Eso no tiene ninguna gracia, ¡joder! voy a llorar, voy llorar, voy a llorar..
-Hola. - Una figura de mujer sonriente me mira despreocupada, vaya es raro, pensaba que me miraría con cara de pena y pensaría esta loca, ¿qué hace? En su lugar me mira con una maravillosa sonrisa, dios, que me pasa.
-Ho...la.
-Eres Cristina ¿cierto?
-Sí..¿Me conoces? ¿Del trabajo quizás?. -Soy camarera.
-Te he estado observando, fuí la que tiró el mango ese a tu casa, bueno, fuimos nosotras.
En ese momento se desdobló, no podía creerlo, su cuerpo material desapareció, en su lugar había 4 mujeres etéreas que no pisaban el suelo, es más, ¡no tenían pies! Se difuminaba y se fusionaban perfectamente con el paisaje, me asusté y mire por los alrededores, nadie prestaba atención, estaba rodeada de árboles y nadie miraba hacia aqui, aparte habían pocas personas, unas de vacaciones, otras haciéndose la idea de ir a trabajar tras las vacaciones de agosto...

-Comprendo que te sorprendas, no es agradable para nosotras tratar con simpres seres humanos, pero tenemos una tarea que realizar y por algún motivo, tu aura nos gustó, creemos que eres la idónea para trabajar con nosotras, somos sílfides, necesitamos un ser humano hembra para que luche contra nuestro enemigo, una vez cada cierto tiempo lo hacemos, siempre que nuestro enemigo despierta, a cambio de tu sacrificio, te ofrecemos una vida eterna como sílfide tras la degradación de tu cuerpo, tu alma será como nosotras, te desprenderás de los bienes innecesarios humanos y tendrás una nueva forma de sentir, no verás el amor, odio, envidia, nostalgia igual que como la vives ahora, no podemos explicártelo hasta que mueras, tu mente no sería capaz de capturarlo. Lo que tienes que hacer es luchar con ese mango, la hoja la ponemos nosotras, nos materializamos en una hoja de viento. Sabemos que te gustan las historias de fantasía y las hadas, así que suponemos que aceptarás, ¿lo harás?

Yo, como si de un juego se tratatase, con una única opción dije sin pensar. -Sí, acepto. -En ese momento, un poder extraño se apoderó de mi cuerpo y caí, desperté en 30 min, estaba seca, no había ningún mango en mi mochila, aunque el ipod estaba guardado. Vaya, mis sueños están empezando a invadirme, quizás debería visitar a un psicólogo.